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TRABAJOLICO | El Blog de Gustavo Huerta
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TRABAJOLICO

by Gustavo Huerta on June 27th, 2007

En un mundo en el que el éxito y la prosperidad económica son dos de los valores de mayor impacto en la cultura, el trabajo -como manera de conseguirlos- se transforma en la actividad legitimada por excelencia. Pero… ¿significa lo mismo legitimada que positiva? ¿Cuándo puede la actividad laboral volverse en contra de la persona? ¿Existen límites para quien hace del trabajo su “droga legal”?

La sociedad tiene una mirada negativa hacia la mayoría de las adicciones, en especial cuando éstas se refieren a las drogas. Sin embargo, la dependencia física y psicológica no sólo puede encontrar su objeto en la cocaína, el alcohol, el tabaco, u otras sustancias.

A veces, las adicciones pasan inadvertidas para la mayoría, ya que quedan encubiertas por un manto de legalidad y hasta de “virtud” o “sacrificio”. Es el caso de la adicción al trabajo, una situación verdaderamente preocupante, que afecta a cada vez más personas en el mundo.

Existe una gran diferencia entre la laboriosidad y la adicción al trabajo. Esta deja de ser una virtud para convertirse en un exceso, que actúa como una verdadera compulsión. Como tal tiene, a corto o largo plazo, un carácter autodestructivo.

Al igual que las otras adicciones, la compulsión laboriosa no puede ser controlada voluntariamente por quienes la padecen. Hay que encuadrarla en su justa realidad: un estado patológico.

El adicto al trabajo protagoniza una contradicción muy fuerte: interiormente sabe que algo anda mal en él, pero recibe señales igualmente poderosas por parte de la sociedad aplaudiendo su conducta.

Atención: no sólo los exitosos empresarios o los grandes profesionales pueden sufrir esta adicción. Cualquiera puede caer en su trampa. ¿Sabía que las amas de casa son consideradas las más propensas a este tipo de dependencia?

Como todo adicto, nadie mejor que quien padece esta enfermedad sabe, aunque no lo reconozca, que algo anda mal. Algunos mantendrán esta compulsión por mucho tiempo y aún toda la vida, la cual tal vez se acortará debido al inmenso desgaste; otros podrán sufrir un infarto, o estrellarse mientras conducen su automóvil por no haber descansado lo suficiente. Pero otros experimentarán un día la necesidad de parar, tal vez por alguna consecuencia de su frenética actividad, como la ruptura de una pareja, o serios problemas con sus hijos. Sentirán que ya no pueden manejar sus vidas, de las cuales parecían ser eximios conductores… Allí será el momento de pedir ayuda profesional.

A muchas personas les resultará difícil ya que, en general, las adicciones se basan en la negación. La negación de los super-trabajadores es quizás la más compleja, ya que cuenta con la aprobación social, al contrario de otras dependencias altamente discriminadas.

Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es la autoestima personal. Por lo general, los adictos al trabajo tienen una autoestima devaluada o aumentada y tienen muchas dificultades para aceptarse tal cual son. De allí sus esfuerzos por lograr éxitos y resultados más allá de sus posibilidades reales. Piensan que así, obtendrán la aceptación que ellos mismos no logran darse.

Sólo cuando una persona adicta al trabajo logra su recuperación, comprende la inmensa diferencia que existe entre el éxito y la felicidad. Mientras tanto, los seguimos proponiendo como sinónimos.

Existen muchos métodos de reconocimiento a los equipos, algo que recientemente se ha visto en algunas empresas innovadoras es el sistema de “compensación variable” donde el equipo tiene sus diferentes objetivos y metas, debidamente alineadas al resto de la organización y el cumplimiento de estas metas periódicas le asegura al equipo que se llevaran esa compensación variable.

Por ejemplo en los sistemas colaborativos como los Punta Estrella, donde a cada miembro del equipo se le asigna una responsabilidad administrativa que realizar aparte de su labor operativa como lo pudiera ser; calidad, productividad, costos, desperdicio, seguridad, etc. El equipo es responsable por sus propios indicadores y tiene sus propios objetivos transformados en metas de las actividades que realizan y si el equipo cumple digamos su meta de Calidad eso le impactara a la empresa en mejora de sus niveles de satisfacción del cliente, y al equipo le impactara positivamente en llevarse ese “incentivo” adicional que se llama compensación variable, que en los esquemas tradicionales son parte fija del sueldo. De esta forma se convierte en un sistema de Ganar – Ganar.

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